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POLICIALES

11 de enero de 2024

Vecinos de la zona denuncian que se multiplican los robos y que nadie hace nada en Ezeiza

Habitantes del lugar afirman que al momentos son cinco de los jóvenes que integran una organización delictiva que no sólo acecha en Tristán Suárez, sino también en Canning, y en otros puntos del distrito.

Habitualmente se suele denominar tierra de nadie a una zona que padece la inseguridad a gran escala. Pero la localidad de Tristán Suárez, partido de Ezeiza, es territorio de una banda de delincuentes juveniles, que principalmente se dedica a la sustracción de motos. Un andar delictivo en expansión que tiene lugar en simultáneo.

Los vecinos imploran la intervención de las autoridades municipales. Al menos son cinco los jóvenes que integran una organización delictiva que no sólo acecha a la comunidad de Tristán Suárez, sino la zona céntrica de Ezeiza, y en otros puntos del distrito.

El mayor de ellos tiene 19 y el menor, 16 y dos de los integrantes son hermanos uno de los cuales, de 18 años, es muy conocido por apropiarse de motos ajenas, y publicar su botín en sus redes sociales. Su carta de presentación, según los vecinos, fue voy a robar como mi papá.

Una elección y una meta que cumple con crecer día a día, desde hace más de tres años a sus secuace. Al respecto, Santiago, vecino de Tristán Suárez, detalló que "roban en la Autopista Ezeiza-Cañuelas, yendo en una moto de alta cilindrada para sorprender a sus víctimas, o si no van a los shoppings, y en el sector donde guardan las motos, las sustraen.

También hacen entraderas en las casas, y las llevan a cabo armados". 

En relación al testimonio de Santiago un hehco que lo cerfica tuvo lugar el pasado 8 de diciembre en el Shopping Las Toscas, en Canning.

Mientras se hallaba viendo una película en la sala de cine, Nicolás sufrió el robo de su rodado Yamaha YBR. En este sentido, el joven precisó que "cuando salgo del cine, a eso de las 0.40, voy al estacionamiento y veo que mi moto no estaba". Finalmente, esta fue hallada con las válvulas notoriamente deterioradas, y sin su baúl en el que guardaba dos cascos, herramientas y un inflador a batería. 

Por si fuera poco, el delincuente difundió imágenes que lo mostraban a bordo del rodado de Nicolás. Un comportamiento habitual del cabecilla de la banda, posteriormente a cada hecho delictivo, quien también emplea la moto sustraída para trasitar en su barrio, y en otros puntos del distrito.

No obstante, ante los primeros desperfectos visibles la ofrece a la venta por la zona.

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