Mario Cardenas, jefe de Incendios del Parque Nacional, lamentó que la situación es irreversible, a pesar de que el fuego está controlado, porque la pérdida ambiental es muy grande.

Ahora se inicia la etapa de extinción con 155 personas, entre brigadistas y bomberos, trabajando activamente en el terreno.

“El operativo incluyó el despliegue de más de 450 personas en la línea de fuego, así como también el soporte de medios aéreos, vehículos especiales, equipamiento, motobombas forestales, entre otros recursos, que permitieron controlar el siniestro y lograr una marcada caída de la actividad en el incendio”, explicó Jorge Heider, el director del SNMF.

Luego de un mes de trabajo, la situación está controlada, pero el riesgo persiste porque, a pesar de que se establecieron los límites del fuego, continúa habiendo actividad en su interior. Los vientos podrían complicar la labor de extinción, ya que para extinguirlo requiere recorrer el incendio para enfriarlo con agua.

El incendio, que se presume que fue intencional, comenzó el 25 de enero. El gobernador Torres ofreció una recompensa de 5 millones de pesos a quien aporte información sobre los posibles responsables de este ataque ambiental.

El Ministerio del Interior presento la denuncia correspondiendo y se posiciono como querellante en la causa. Los funcionarios subrayan la importancia de continuar con la investigación para determinar a los responsables y aplicar las sanciones correspondientes.