POLICIALES
27 de julio de 2023
La vieron por última vez hace 19 años y su mamá murió pidiendo justicia: el caso que conmovió a Entre Ríos
Fernanda Aguirre desapareció hace casi dos décadas en el municipio de San Benito. El principal sospechoso murió en una comisaría. Su paradero continúa siendo una incógnita.
Este martes 25 de julio se cumplieron 19 años desde la última vez que vieron con vida a Fernanda Aguirre (13) en la provinica de Entre Ríos. Hace casi dos décadas, la adolescente salió a buscar flores al puesto que su mamá tenía en el cementerio, pero jamás volvió.
El principal sospechoso por la desaparición, un homicida con antecedentes por agresiones sexuales y que gozaba de salidas transitorias, murió en una comisaría.
De acuerdo con la investigación judicial, Fernanda había salido a cumplir con el encargo que le había hecho una vecina, justo cuando el país tenía los ojos puestos en la final de la Copa América que Argentina y Brasil jugaban en Perú.
La distancia desde su casa hasta el puesto de flores que tenía su mamá frente al cementerio de la pequeña localidad de San Benito no era mucha.
La investigación pudo determinar que en horas de la siesta, Miguel Ángel Lencina, junto a su sobrino de 14 años, secuestró a Fernanda y la obligó a cruzar hasta un predio abandonado.
Poco tiempo después, los Aguirre recibieron una llamada en la que les pedían $2000 de rescate para volver a ver a Fernanda con vida.
El principal sospechoso murió ahorcado
Sus seres queridos juntaron ese dinero y lo llevaron hasta el lugar pactado, pero Fer no apareció. Los investigadores rastrearon las llamadas extorsivas y dieron con Lencina y su mujer, Mirta Chávez. Estando preso, solo 72 horas después, el hombre fue hallado ahorcado en una celda de la comisaría.
Su viuda declaró que Lencina ahorcó a Fernanda y que le había traído las zapatillas de la nena. Además, dijo que ella se las dio a una amiga de Santa Fe. Sin embargo, el cuerpo nunca apareció, pese a los rastrillajes que se hicieron.
Finalmente, la condenaron a 17 años de prisión por las extorsiones telefónicas, pero salió en libertad en 2014, sólo 7 años después. Fijó domicilio en la ciudad de Gualeguay y jamás dijo qué pasó con Fernanda.
El sobrino de 14 años que participó del secuestro era inimputable al momento del hecho y no fue ni detenido ni juzgado. Solo declaró que había estado con su tío aquel 25 de julio, pero dijo que no había visto a Fernanda.
En medio de la incertidumbre y la angustia, María Inés Cabrol, la mamá de la adolescente, murió por causa de un cáncer fulminante el 11 de mayo de 2010.
La trata de personas, una hipótesis descartada
Daniel Enz, un reconocido periodista de investigación de Entre Ríos y autor del libro sobre el caso “Las flores de Fernanda”, aseguró que tanto Chávez como la madre de Lencina “sabían perfectamente lo que sucedió”.
“La mujer sabe lo que pasó, pero siempre ocultó esa verdad. Se entiende que Lencina la mató en la zona de San Benito, luego buscaron el cuerpo y lo hicieron desaparecer en la misma casa de los Lencina. Por eso sorprendió tanto a los policías cuando llegaron a la casa y encontraron que habían roto todo el horno de barro que estaba en el fondo del patio”, dijo Enz a TN hace dos años.
En este sentido, aseguró: “Algunos especularon que usaron hornos de barro para hacerla desaparecer y por eso nunca apareció ningún resto de ella. Los Lencina trabajaban en la fabricación de ladrillos en la zona y sabían perfectamente cómo hacer desaparecer un cuerpo”.
Durante la investigación llegó a circular la versión de que Fernanda podría haber sido víctima de trata, pero esa versión fue perdiendo peso con el correr del tiempo. “Nunca hubo red de trata. Lencina no tenía contacto con ninguna banda porque era un personaje perverso e imprevisible”, afirmó Enz.
Lencina había sido condenado previamente por los homicidios de María Dolores Domínguez y Pamela Trepán de Fischer, a quienes también les había robado las zapatillas, como trofeo, de la misma forma que sucedió en el caso de Fernanda.
GENTILEZA TN