Un bebé de 10 meses murió en un hospital de Tucumán. Fue luego de pasar casi dos meses internado tras haberse ahogado en una bañera de su casa, cuando estaba al cuidado de su niñera quien quedó detenida y fue procesada con prisión preventiva.

El hecho ocurrió el pasado 9 de junio cuando los padres del bebé lo dejaron en su departamento de Barrio Norte, en la capital tucumana, al cuidado de la niñera Graciela Margarita Parientes (41), para dirigirse a sus trabajos.

"Entre las 9.30 y 10 de ese día, la niñera decidió bañar al pequeño. Colocó agua en una bañadera y se retiró del lugar dejando al bebé solo. Cuando regresó descubrió al niño sumergido", detallaron fuentes judiciales.

Según la investigación, Parientes comenzó a pedir ayuda a los gritos y el encargado del edificio, junto a la niñera lo trasladaron de urgencia al Hospital Néstor Kirchner.

Allí lo atendieron tres médicos, quienes durante 18 minutos le hicieron tareas de reanimación porque vieron que no tenía signos vitales y cuando lograron reanimarlo lo derivaron al Hospital de Niños, donde le diagnosticaron lesiones cerebrales severas que serían irreversibles.

Ahora se conoció el fallecimiento del bebé y esto modificaría la situación procesal de la niñera, a la que le habían dictado la prisión preventiva por el delito de "abandono de persona", en la causa en la que interviene la fiscal Andrea Carlino.

El testigo clave

Un vecino, testigo del hecho, relató que fue el portero quien llevó al niño al hospital más cercano, alertado por otro vecino. Luego de 15 minutos de tareas de reanimación, los médicos lograron que el bebé respirara.

Parientes fue detenida al día siguiente del hecho cuando salía de otro trabajo donde también realizaba tareas de cuidado. Además, se llevaron a cabo diversos allanamientos para recolectar pruebas.

Durante la audiencia, la fiscal argumentó que Parientes había sido instruida específicamente para no bañar al niño, ya que los padres lo hacían como parte de una rutina familiar. A su vez, la funcionaria judicial remarcó que, pese a estar recomendada y capacitada para el puesto, ignoró los riesgos de dejar al niño solo en la bañera, con el peligro que eso implicaba.