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POLITICA

5 de noviembre de 2023

Milei oscila entre proteger su identidad y moderarse para seducir a los votantes de Bullrich y Schiaretti

Tras el pacto con el PRO temen que se desdibuje la impronta disruptiva que lo llevó al podio. En el espacio conviven miradas distintas en un contexto electoral impredecible. Le restan importancia a los escándalos de Mondino y Nápoli, y relativizan el impacto las bajas de algunos diputados electos

En La Libertad Avanza dejaron de medir los porcentajes de intención de voto en el universo total de electores habilitados para el balotaje. En cambio, desde hace dos semanas se dedican exclusivamente a analizar con lupa los deseos, inclinaciones y expectativas de los votantes que en octubre se volcaron por las opciones -extintas- de Patricia Bullrich Juan Schiaretti. Según sus últimas encuestas, creen que pueden llegar a reunir, en total, a un 60 por ciento de los seguidores de Juntos por el Cambio, y a la mitad de los de Hacemos por Córdoba. Pero para lograr ese objetivo enfrentan una disyuntiva -para la cual aún no encontraron respuesta- sobre el perfil que debería adoptar Javier Milei durante el período que le resta recorrer hasta el 19 de noviembre.

La primera alerta sobre la necesidad de un cambio de rumbo en los mensajes y la postura del líder se disparó con el resultado de las Generales, que derivó en una alianza en tiempo récord Bullrich. Pero la gota que rebasó el vaso fue tres días después, con la famosa entrevista en A24 donde Milei se mostró más irascible, agotado e incómodo que nunca. En el espacio, cansados y desgastados por la larguísima campaña que empezó en julio, admitieron el error, aunque excusando al líder. Y, tras ciertos reproches solapados del macrismo decidieron recalcular. No obstante, el cambio de rumbo no es una decisión definitiva, ni se llevará de modo cabal, advierten figuras de especial relevancia.

En LLA conviven distintas miradas. Cerca de Milei, algunos dirigentes insisten en que el candidato presidencial debe moderarse para combatir el temor que inspira su inexperta figura en muchos voantes. Mientras que otros, de alto peso en la jerarquía libertaria, consideran imperioso “proteger su identidad”, aquella que lo llevó a ser el primer candidato liberal en obtener el primer puesto en las PASO con sólo dos años de trayectoria política en su haber. La defensa se plantea, sobre todo, frente a los capitanes de PRO, crecientemente ávidos por incidir en la estrategia libertaria, que intentan acercarse al inaccesible candidato presidencial por medio del operativo de fiscalización, el único flanco que dejó abierto para una participación concreta de los amarillos en la campaña de LLA.

A esta diversidad de enfoques se deben las oscilaciones en el tono entre las apariciones del jefe en medios, en redes y en la calle. Nadie tiene la respuesta sobre cómo proceder, y al final del día quien termina decidiendo, según su intuición, es el líder.

Milei escucha ambas perspectivas e intenta hacer equilibrio, aunque por ahora parece primar el autocontrol. Por ejemplo, “el león”, como lo apodan, dejó de llevar la famosa motosierra a sus recorridas, y en cambio, pide a la militancia llevar banderas argentinas, tal como hacía Bullrich (ayer, uno de sus laderos se sorprendió gratamente por la incorporación a la marcha en San Isidro de seguidores mayores de 50 años). Y decidió que su cierre de campaña, que será en Córdoba para seducir a los votantes de Schiaretti, se reduzca considerablemente en relación al acto masivo que protagonizó en el Movistar Arena antes de la primera vuelta, con 20 mil militantes que llegaron en micros facilitados por los armadores libertarios desde el interior y el conurbano.

Por la misma motivación aperturista decidieron dejar atrás la energía propositiva para enfocarse exclusivamente en “hacer antikirchnerismo”. Es una apuesta a lo seguro, en la línea de Juntos por el Cambio, que parte de la base de la prudencia que le recomendaron varios asesores. Después del revés en las Generales, donde quedaron segundos, los libertarios decidieron no innovar después del 22 de octubre, por lo que no se esperan planteos revolucionarios como los que caracterizaron los otros tramos electorales. “Nuestros focos son la casta, la motosierra y la dolarización, no nos vamos a correr de eso”, aseguró un soldado de Milei. Y ratificó, una vez más, que no se anunciará al ministro de Economía, a pesar de un golpe de efecto de ese estilo podría ayudarlo, rápidamente, a ubicarse en el centro del escenario político que perdió en manos de los locuaces Bullrich y Macri.

Los libertarios ensayan la mesura incluso después de que las principales encuestadoras del país reflejaran, sobre el final de la semana, que Milei se encuentra entre 2 y 5 puntos por encima de Sergio Massa. ”Lo que importa son los números en los tres días previos”, se mordió la lengua un referente. Aunque otro, ajeno al libreto, admitió que siente confianza y resumió los motivos de su convicción con dos inferencias. “El 75 por ciento del electorado quiere un cambio. Y para la gran mayoría, la principal preocupación es la economía. Javier, más allá de si lo eligieron o no, es evaluado como el principal exponente de un cambio, y el candidato que más sabe de economía. Ergo, Javier tiene las mejores chances”, dijo.

Nada asegura que el candidato vaya a mantenerse en la controlada línea hasta el final de la carrera, advierten. De hecho, a pesar de que escucha los consejos de Macri, cuida que su viraje no sea demasiado marcado, o evidente. “Javier puede mostrarse más calmado, e incluso hablar menos. Pero no puede jugar a ser algo que no es. Es poco creíble”, opinó un referente de LLA de la primera hora, preocupado por que, a partir del pacto con PRO, se “desdibuje” la impronta disruptiva que caracterizó a la ola libertaria durante el grueso de su corta historia. De fondo yace la inquietud por la posibilidad de que, paulatinamente, el partido que fundó Mauricio Macri hace 18 años termine deglutiendo al joven frente de derecha.

“Caso omiso” a los escándalos

Mientras afina el tono de sus performances en público y el contenido de sus mensajes, Milei llega al tramo final hacia el balotaje con una serie de escándalos a cuestas, que atribuyen a la “mano negra” del massismo. Además de sus propio gaffe en TV, su posible canciller, Diana Mondino quedó en el centro de la polémica por sus declaraciones sobre el comercio de órganos y por comparar la homosexualidad con “decidir no bañarse y tener piojos”. Y el ex candidato a senador y titular del Banco de Valores, Juan Nápoli, enfrenta una situación delicada por las denuncias cruzadas con una abogada. Además, después de las Generales, Milei probó como nunca el fuego amigo, que le llegó en forma de varios trascendidos y comunicados emitidos por varios diputados bonaerenses y nacionales propios contra el pacto con el PRO.

En el espacio de derecha, sin embargo, relativizan el impacto que puedan tener en la elección esas polémicas. Después de todo, elucubran, el viaje del kirchnerista Martín Insaurralde a Marbella no impidió que su delfín, Federico Otermín, se quedara con amplio margen con la intendencia de Lomas de Zamora. “La gente no está mirando ese tipo de cosas. No son parte de sus preocupaciones. Si no llegás a fin de mes, necesitás que alguien te diga que vas a estar mejor”, minimizó uno de los cerebros de la campaña. “Los titulares de los diarios sólo llegan al círculo mínimo que está más informado, y que encima ya tiene decidido su voto. Nuestro objetivo es convencer al resto. No nos hacen nada”, agregó otro.

Así, Milei y sus voceros decidieron que no “perderán el tiempo” en esos temas, que atribuyen a “operaciones”. “Si nos dedicamos a apagar cada incendio que provocan en contra nuestra, no nos podemos enfocar en la campaña. No nos conviene y no lo vamos a hacer. Caso omiso”, dijo uno de los expertos proselitistas, con un dardo implícito a Unión por la Patria.

Tras su caminata el sábado por El Palomar y por San Isidro, la agenda de Milei continuará mañana con dos recorridas por el conurbano. Primero irá a Ciudadela, y después a Ramos Mejía. Y el martes irá a Santa Fe, con paradas en Paraná y Rosario; el miércoles estará en La Plata y en Lanús, y el jueves volará rumbo a Mendoza. La última actividad prevista para la semana será en el Parque Lezama, en la Ciudad. En general, intentará no hablar de más, y supuestamente evitará los medios. No es la primera vez que adopta una estrategia centrada en la serenidad. Pero, al menos hasta ahora, de una u otra forma siempre volvió a mostrar la faceta crispada de su personalidad con la que llegó al podio en agosto.

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