El hecho fue descubierto a partir de que la madre de ambos chicos comenzó a notar comportamientos extraños en ellos. Ante estas actitudes diferentes, la mujer se dirigió a la escuela a la que asistían y le comunicó su preocupación al gabinete psicopedagógico de la institución.

Tras la advertencia, los profesionales que integran el equipo escolar comenzaron a realizar un seguimiento de cerca sobre ellos, el cual se prolongó por varias semanas. Cuando notaron claras señales de que los niños podrían haber sufrido algún tipo de abuso sexual, la mamá fue citada al colegio para tener una charla con la psicóloga y su equipo.

En esa reunión -que se trató de una de las tantas que se llevaron adelante durante el proceso para mantenerla actualizada sobre la situación- le comentaron sus sospechas y le recomendaron hacer la denuncia penal al respecto.

La mujer tomó el consejo y se dirigió a una comisaría cercana a su casa a realizarla. Bajo las directivas de la fiscalía, los menores declararon en cámara Gesell.

A raíz de los informes obtenidos y los testimonios de los niños, finalmente las autoridades certificaron que ambos habían sido abusados en un tiempo indeterminado por su tío. De acuerdo a lo relatado, los hechos habrían ocurrido en la casa del imputado, ubicada en Máximo Paz, cuando estaba al cuidado de sus sobrinos. En este sentido, se logró determinar que los abusos en cuestión consistían en tocamientos en partes íntimas, besos y penetraciones.

Así, el Ministerio Público Fiscal dispuso la detención del hombre: la Policía Bonaerense lo encontró mientras salía del lugar.

El sospechoso es el cuarto acusado de abuso sexual detenido en lo que va de la semana en la jurisdicción platense. Ayer martes, un insólito episodio ocurrió en Ensenada, cuando personal de la Comisaría 2° de la zona llegó a una casa en la calle 4, alertados por un disturbio vecinal. 30 personas del barrio habían saqueado la casa de Hermindo Véliz, un changarín analfabeto. Personal antidisturbios tuvo que intervenir para disiparlos. Poco después, ante los policías, 

Véliz aseguró que los vecinos le robaron electrodomésticos y luego lo golpearon

a él, a su pareja y a su hijo Mauro. Tras el saqueo, juraron volver para prender fuego el lugar y matar a todos los ocupantes.

El motivo del disturbio: César, el hijo de Véliz, de 28 años, había sido denunciado días antes por supuestamente violar a una menor. La madre de la niña fue quien realizó la denuncia.

César, desde ya, no estaba en la casa para que sus vecinos lo linchen. Así, los Véliz fueron trasladados a una dependencia policial de la zona.

Poco después, apareció César mismo en el lugar para que lo arresten. Ante los policías de la Comisaría 2°, el hombre afirmó: “Me vine a entregar porque me enamoré de una menor de 13 años”. Efectivamente, esa es la edad de la menor que consta en la denuncia.