inflación y con una estabilidad macro, a La Libertad Avanza no le movería el amperímetro un peronismo unido (pero resquebrajado internamente, con inminentes disputas de poder) que, además, ya no tiene a la candidata que más mide. En el Gobierno consideran que en el corto plazo hay una ventana para aprovechar esa coyuntura, más con un acuerdo electoral con el PRO que, indican, se dará pese a cualquier tipo de tensión por el armado de las listas. Ven que esta coyuntura es positiva, una oportunidad. Paradójicamente, los libertarios hubieran preferido que no se produzca la prisión de Cristina. Consideraban que tenían chances de hacer buenos resultados de cara a estos comicios, lo cual se resume en una frase que se escuchó decir en un altísimo despacho de la Casa Rosada: “Ganarle en las urnas, no en la Justicia”. Esto es algo que miran los inversores extranjeros y los analistas del mercado. Perciben que el peronismo no está derrotado por el hecho de que la dos veces mandataria esté finalmente en prisión. Más bien, todo lo contrario: que eso puede generar un revulsivo para impulsar cambios en el Partido Justicialista que por la misma presencia de la líder kirchnerista no se podían lograr. Esto es algo muy relativo y expuesto a infinitas posibilidades, pero no deja de ser algo que también piensan sectores muy influyentes de La Libertad Avanza. Y es que el cisne negro que significó la prisión de Cristina tiene -según estrategas del Gobierno- una lectura más pesimista para el largo plazo. Los libertarios que miran de manera cenital el escenario político afirman que el recambio -forzado- en el peronismo generará un clima revoltoso durante este período, pero que el año y medio que quedará para las presidenciales de 2027 puede ser tiempo suficiente para que se posicione un dirigente fuerte en el PJ. Un riesgo. En su conferencia de prensa de ayer, el vocero presidencial, Manuel Adorni, hizo una lectura sobre este nuevo panorama: “Donde haya un candidato que sea el pasado, que sea la degradación de la Argentina, que represente corrupción o que represente un Estado cubano al que nos estaban llevando, nosotros estaremos del otro lado con la mejor propuesta, el mejor candidato y, en definitiva, mostrando lo que venimos haciendo desde hace un año y medio”. En la campaña legislativa de la Ciudad de Buenos Aires funcionó con creces la consigna “kirchnerismo o libertad”, pero el vocero presidencial afirmó ayer que la consigna trasciende al esquema “Cristina o nosotros”. Es decir, que no precisamente requiere que haya alguien de su círculo para que funcione. “Ponele ‘populismo o libertad’, ‘la degradación de la Argentina de los últimos 25 años o libertad’, o ‘los que arruinaron el país o libertad’. El kirchnerismo es el concepto”. En su mensaje difundido ayer en la movilización, Cristina apeló a que una de las condiciones para que el peronismo vuelva al poder es “con más unidad”. La consigna para “organizarse” está precedida por internas políticas de compleja resolución. En la gobernación de Kicillof se quejan de las constantes operaciones de La Cámpora, desde donde también advierten que no se van a olvidar “que rayó y limó el liderazgo” de la dos veces presidenta.