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18 de julio de 2025
Dos jóvenes argentinos fueron seleccionados entre los 50 finalistas del Global Student Prize 2025

Se trata de Gastón Diaz, de Buenos Aires, y Daniela Victoria Barrios, de Corrientes; se destacaron de entre casi 11.000 postulaciones de 148 países por sus “logros extraordinarios”.
Gastón Díaz, alumno del Instituto Santa Faz de Lanús, y Daniela Victoria Barrios, estudiante del Instituto Adventista de Corrientes, ambos de 17 años, fueron elegidos entre los 50 aspirantes al Chegg.org Global Student Prize 2025. Este galardón, que entrega 100.000 dólares y lleva cinco años reconociendo a estudiantes que generan cambios positivos en sus comunidades y en la vida de quienes los rodean, destaca a jóvenes que dejan huella en la educación y la sociedad.
La noticia de haber sido seleccionado tomó a Gastón Díaz completamente desprevenido. “No me lo esperaba para nada”, contó desde West Virginia, Estados Unidos, donde participa del Campamento Nacional de Ciencias para Jóvenes, una iniciativa del Departamento de Estado de los Estados Unidos para jóvenes con un desempeño académico sobresaliente.
Sin embargo, al repasar su trayectoria, la nominación de Gastón no parece casualidad. Aunque aún está en la secundaria, ya acumula varios logros: fundó Cresify, una herramienta de marketing avalada por Microsoft que detecta señales de compra a partir del comportamiento del consumidor.
Además, tras ganar un concurso de innovación cívica del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, participó en la redacción de una ley de alfabetización financiera y tecnológica juvenil que hoy se aplica en más de 70 ciudades del país, beneficiando a más de 6 millones de estudiantes. También es campeón de Geometría en las Olimpíadas de Matemática.
Gastón recuerda que sus padres, especialmente su mamá, siempre lo motivaron en casa a leer, dibujar, resolver problemas y disfrutar de las matemáticas, aunque al principio le costaba contar correctamente. “Esto que ahora me apasiona nació de una dificultad”, confiesa.
Entre sus referentes, Gastón destaca a su mamá, licenciada en comercio exterior y docente particular, quien le enseñó a pensar de manera crítica y a no dejarse llevar por la corriente. Además, desde chico se sintió inspirado por los emprendedores y asistía a los eventos de Endeavor, donde admiraba a figuras como los fundadores de Globant y Mercado Libre.
El compromiso social también es parte fundamental de su historia. Tras obtener el cuarto puesto en el MIT Solve Financial Inclusion Challenge, trabajó junto a universitarios de distintos países en el desarrollo de una herramienta para mejorar la transparencia del gasto público y combatir la corrupción. Lideró el área de tecnología en Estudiantes Organizados, donde diseñó sistemas internos para gestionar a miles de estudiantes y voluntarios, y colabora como voluntario en el Grupo El Ombú, entregando más de 5.000 desayunos al año a chicos en situación vulnerable.
En cuanto a su futuro académico, Gastón aún no decidió qué carrera seguir, ya que le interesan la economía, la administración, la tecnología y la filosofía política. Por ahora, aplicó para estudiar tecnología digital en la UTDT y también envió solicitudes a varias universidades de Estados Unidos. Si ganara el premio, le gustaría invertirlo en educación tecnológica. “Hay que involucrarse y aprovechar cada oportunidad que se presenta. Hacer, hacer y hacer, sin limitarse”, aconseja.
Por su parte, Daniela Victoria Barrios también se sorprendió al enterarse de su nominación. “Me emocioné muchísimo, sentí que era un reconocimiento a todo el esfuerzo”, cuenta esta joven de la ciudad de Corrientes.
Daniela señala que en su provincia no es común acceder a este tipo de oportunidades y que, aunque sus padres —su papá tiene un negocio de tecnología y su mamá es entrenadora— siempre la apoyaron, fue un camino que recorrió en gran parte sola.
A pesar de los desafíos, Daniela logró fundar un club de ajedrez en su escuela, promovió la participación en la Olimpíada Nacional de Matemáticas —donde obtuvo una medalla de bronce—, gestionó pasantías universitarias de investigación para sus compañeros y está impulsando el primer Modelo de Naciones Unidas en su colegio.
Fuera del ámbito escolar, lleva adelante acciones solidarias, como donaciones de útiles y colaboración con bancos de alimentos. Participa en una fundación local de rescate animal y fomenta el liderazgo juvenil global a través de su trabajo en la ONG Civics Unplugged. Gracias a esta experiencia, obtuvo una beca para estudiar en la Academia de Innovación Cívica de Georgetown, en Washington DC.
Si gana el premio, Daniela ya tiene en mente cómo usar el dinero: quiere desarrollar “Ciby”, un prototipo de anteojos con inteligencia artificial y realidad aumentada que transcribe conversaciones en tiempo real para personas sordas, idea que surgió tras una beca en la Universidad ESADE de Barcelona. Además, sueña con ayudar a construir una red de agua potable en Manantiales, cerca de Corrientes, donde muchas familias carecen de acceso a agua segura. “Si puedo cambiarle la vida a una sola familia, ya sería muchísimo”, expresa.
A los jóvenes argentinos, Daniela les deja un mensaje sobre la importancia de la iniciativa y la constancia: “El primer paso es lo más importante. Después, vas por el segundo y no parás. Así se construye la disciplina para alcanzar los sueños”, concluye.
El premio de 100 mil dólares
Chegg.org, junto a la Fundación Varkey, lanzó en 2021 este premio hermano del Global Teacher Prize. En su quinta edición, el Global Student Prize busca visibilizar a estudiantes que transforman el mundo con sus acciones.
Este año, Daniela y Gastón sobresalieron entre casi 11.000 postulaciones de 148 países.
“Todo esfuerzo educativo debe tener como meta que los estudiantes puedan impulsar su proyecto de vida. Las historias de Daniela y Gastón muestran cómo los aprendizajes pueden impactar en toda una comunidad”, destacó Agustín Porres, Director Regional de Fundación Varkey.
Por su parte, Nathan Schultz, presidente y CEO de Chegg, Inc., felicitó a ambos jóvenes y remarcó el orgullo de apoyar a quienes construyen un mundo mejor desde la educación, la justicia social y el empoderamiento juvenil.
El premio está dirigido a estudiantes de 16 años o más que estén cursando estudios formales o de formación profesional, y se evalúan sus logros académicos, impacto en la comunidad, capacidad de superar obstáculos, creatividad, innovación y su rol como ciudadanos globales.
En agosto se anunciarán los 10 finalistas y, más adelante en el año, se dará a conocer al ganador.