En medio de fuertes cruces y reclamos mutuos, el presidente Javier Milei tiene ahora en sus manos la potestad de decidir si autoriza o no al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, a tomar la deuda que logró aprobar en la Legislatura local gracias al apoyo de diferentes sectores, pero con el rechazo de La Libertad Avanza.
La semana pasada, durante una sesión que comenzó recién justo antes de la medianoche, el dirigente peronista y referente de la oposición consiguió el respaldo necesario para sancionar el pedido de crédito.
Lo obtuvo a partir de los votos afirmativos de varios bloques, entre ellos incluso el del PRO, habitual aliado del oficialismo nacional, pero que en esta oportunidad actuaron de manera diferenciada, lo cual generó polémica.
Tras lo ocurrido, el presidente del partido a nivel bonaerense, Cristian Ritondo, defendió la postura al remarcar que su espacio solamente acompañó “la parte que permite refinanciar deuda anterior a mejores tasas, es decir, hacer el rollover que es lo que beneficia a la provincia”.
Pero rechazó el resto del articulado, ya que no explicaron el destino de los fondos que deberían haber ido a inversión, que es donde el distrito está con mayores problemas”, agregó.
La senadora libertaria Florencia Arietto fue una de las que cuestionó esa decisión y públicamente acusó a Ritondo y a Néstor Grindetti de haber recibido a cambio “los cargos en el Banco Provincia, porque ellos pusieron a Matías Ranzani y Adrián Urelli”.
“Son cosas distintas. Esos lugares los elige el cuerpo y tiene que ser representativo de las distintas fuerzas políticas, como fue históricamente. De hecho, los reemplazos son por dos directores del PRO. Bruno Scrensi, de Diego Santilli, y Santiago Nardelli, del equipo de Patricia Bullrich”, respondió el diputado del PRO.
Lo cierto es que, en las primeras horas del jueves, la Legislatura aprobó la solicitud de deuda de hasta 3.685 millones, que incluyen emisión de Letras del Tesoro y cuatro endeudamientos: uno para la administración central, otro para el ejecutivo, un tercero para la empresa AUBASA y una solicitud para Buenos Aires Energía.
“La ley salió adelante contra la voluntad explícita del presidente Milei, que una vez más apostó al caos, al desorden y a que la provincia colapsara para sacar ventaja política”, sostuvo Kicillof en su cuenta de X.
No obstante, para que esta medida se termine de concretar, su administración necesita los avales de la Nación, que recientemente les permitió a la Ciudad de Buenos Aires, a Córdoba y a Santa Fe acceder al mercado internacional.
Sin embargo, la relación con el mandatario bonaerense es distinta, ya que es el principal opositor a la gestión libertaria y uno de los pocos que, por ejemplo, no firmó el Pacto de Mayo el año pasado.
Por este motivo, hasta el momento ni el dirigente peronista ni ninguno de sus funcionarios fue recibido en la Casa Rosada por el ministro del Interior, Diego Santilli, a pesar de que pidieron reuniones para tratar otros asuntos.
A mediados de noviembre, Carlos “Carli” Bianco, ministro de Gobierno del referente de la oposición, solicitó formalmente un encuentro con “El Colo” para “reclamar los fondos que el gobierno nacional le quitó a los bonaerenses y retomar la ejecución de las 1000 obras que dejaron abandonadas”.
Lo hizo a través de una carta oficial explicando en profundidad los temas que reclama su distrito, pero Santilli le contestó de manera tajante y con cierta ironía: “Dale Carli, gracias. Tomo nota”.
En posteriores apariciones, el titular de la cartera de Interior explicó que no tenía previsto recibir a Kicillof en el marco de su rueda de conversaciones con gobernadores, porque se trata de alguien que no acompaña las políticas nacionales.
A pesar de esto, en el entorno del mandatario bonaerense aseguran que ya comenzaron las tratativas para discutir la toma de deuda y se muestran esperanzados de que en esta ocasión las negociaciones traerán resultados.
“Todas las provincias necesitan aval de Nación, pero es un trámite técnico. Solicitamos un encuentro (para conversar sobre el asunto) y ya está avanzado”, aseguraron a Infobae fuentes cercanas al justicialista.
Por su parte, en el entorno del “Colo” señalan que todavía no tiene definida una agenda de actividades para esta semana, pero aclaran que “las reuniones se realizaron en un contexto y en un marco en el que había que volver a reconstruir la confianza” entre la Casa Rosada y las provincias, pero que “no se buscaba que apareciera un titular sobre si se otorgó un peso más o uno menos”.
Se realizaron para construir entendimientos en las agendas y en las demandas mutuas, y a partir de ahí comenzar un sendero de confianza y construcción, para lograr un entendimiento en el Presupuesto 2026 y en las reformas que se necesitan sacar, de ambas partes”, remarcaron.
En este sentido, recordaron que también hay gobernadores que plantean “que se les debe” dinero, mientras que la Nación responde que “son ellas las que deben”, por lo que la misión era iniciar un proceso de diálogo para tratar de llegar a acuerdos.
“Desde acá, el Gobierno arranca a partir del 10 de diciembre un sendero de construcción de la agenda parlamentaria, entendiendo las solicitudes de los gobernadores, pero los gobernadores también las del Gobierno. Allí estuvo puesto el foco”, se indicó.
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