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30 de diciembre de 2025

Del triple crimen de Varela al asesinato de Kim Gómez: los pedidos de justicia de 2025 que esperan respuesta

Durante este año hubo varios casos policiales que tuvieron una gran visibilización mediática. Cuáles son y cómo avanzan las investigaciones.

Durante 2025, muchos casos policiales mantuvieron en vilo y conmocionaron al país. A principio de año ocurrió el doble crimen de Paloma Gallardo y Josué Salvatierra en Florencio Varela; luego el brutal asesinato de Kim Gómez en La Plata y, casi en paralelo, la desaparición de Lian Gael Flores Soraire en Córdoba. En mayo se conoció el estremecedor caso de la madre que mató a su familia en Villa Crespo y luego fue el crimen de Thiago Correa en La Matanza. En la segunda mitad del año generó una conmoción enorme el triple crimen de Florencio Varela, la misteriosa desaparición de una pareja de jubilados en Chubut y el doble femicidio en Córdoba. El doble crimen de Paloma y Josué El 30 de enero, Josué Salvatierra (14) y Paloma Gallardo (16) se encontraron como tantas otras tardes en un descampado de Florencio Varela. Según la investigación, ambos le dijeron a sus familias que iban al gimnasio, pero la realidad fue otra: cruzaron las vías del Ferrocarril Roca rumbo a un predio en Arturo Capdevilla y Colectora Ruta 36, donde solían verse a solas. Antes de separarse de sus casas, los últimos mensajes entre ellos fueron una advertencia trágica: Paloma le escribió a Josué “nos pueden robar y matar” mientras acordaban si encontrarse o no en ese lugar. Él respondió que irían igual. Ese mensaje, recuperado por la fiscalía de las conversaciones entre ambos, se transformó en una de las pistas más inquietantes de la causa. Dos días más tarde, sus cuerpos fueron hallados sin vida en ese descampado, entre pastizales y basura, debajo del puente de Bosques. Los adolescentes presentaban traumatismos de cráneo graves, lo que indica que fueron asesinados a golpes con un objeto contundente, probablemente una piedra encontrada en la escena, según los informes forenses. Desde el inicio, la causa fue caratulada como homicidio agravado criminis causa, es decir, un asesinato que presumiblemente se cometió para ocultar otro delito. Sin embargo, no hay detenidos ni una hipótesis definitiva sobre el móvil del doble crimen. Las familias mantienen hipótesis enfrentadas sobre lo ocurrido. El abogado de los Salvatierra cuestiona la teoría del robo y apunta a otros posibles móviles. En cambio, la familia de Paloma sostiene que se trató de un ataque en un contexto de inseguridad estructural y ausencia de vigilancia en la zona donde los asesinaron. A casi un año, el asesino o los asesinos continúan libres, y la causa sigue estancada entre peritajes que no logran cerrar el caso. El brutal asesinato de Kim Gómez En la tarde del 11 de febrero en La Plata, Kim Gómez, de 7 años, viajaba en el asiento trasero del auto de su mamá. Cuando la mujer estacionó frente a una casa del barrio La Loma, fue sorprendida por dos delincuentes que intentaron robarle su Fiat Palio rojo. En medio del asalto, uno de los ladrones, de 17, se subió al asiento del conductor y arrancó a toda velocidad sin advertir que la nena todavía estaba dentro. Kim quedó enganchada con el cinturón de seguridad y parte de su ropa, lo que provocó que fuera arrastrada por el asfalto mientras el auto avanzaba por varias cuadras a gran velocidad. Según reconstruyeron los investigadores, el Palio recorrió alrededor de 15 cuadras. Durante ese trayecto, la madre corrió desesperada detrás del auto, pidiendo ayuda, mientras vecinos y testigos intentaban alertar al conductor y frenar la marcha. La secuencia fue observada por numerosas personas y quedó registrada por cámaras de seguridad, cuyas imágenes resultaron claves para reconstruir el recorrido y para la identificación posterior de los sospechosos. El Fiat finalmente se detuvo en la zona de 31 y 38, donde los delincuentes abandonaron el auto y escaparon a pie. Para entonces, Kim había sufrido lesiones gravísimas producto del arrastre y los golpes contra el asfalto. Fue asistida de urgencia y trasladada a un centro de salud, pero murió poco después como consecuencia de la gravedad de las heridas. La investigación avanzó rápidamente gracias al análisis de las cámaras y los testimonios. En las horas posteriores, la Policía logró detener a los dos sospechosos, ambos menores de edad. El adolescente de 17 fue señalado como quien conducía el vehículo, mientras que el otro, de 14, habría participado en el intento de robo. La causa quedó en manos de la Justicia de Menores, que dictó distintas medidas de encierro y seguimiento para los imputados. La misteriosa desaparición de Lian en Córdoba Lian Gael Flores Soraire, de 3 años, fue visto por última vez el 22 de febrero en Ballesteros Sud, Córdoba, mientras jugaba en el patio de su casa. Según relataron sus padres, se acostaron a dormir la siesta y, al despertarse, el nene ya no estaba. Tras una búsqueda inicial entre vecinos, se dio aviso a la Policía y se activó un operativo de emergencia. Desde el primer momento, la investigación desplegó un amplio rastrillaje en la zona rural donde vive la familia: participaron policías, bomberos voluntarios, perros rastreadores, drones y helicópteros. También se activó el Alerta Sofía. Sin embargo, a pesar del despliegue, no se encontraron rastros concretos del chico. Con el correr de los días, el caso comenzó a estancarse. Los investigadores analizaron testimonios de familiares y vecinos, peritaron celulares y evaluaron distintas hipótesis, desde una desaparición accidental hasta la posibilidad de que alguien se lo hubiera llevado. Incluso se investigó el dato aportado por un testigo que aseguró haber visto una camioneta sospechosa en la zona el día de la desaparición, aunque esa pista tampoco pudo confirmarse. Cuando se cumplieron 100 días sin novedades, la Justicia reconoció que la causa no tenía avances significativos y llegó a evaluar medidas excepcionales, como el uso de un detector de mentiras para intentar aclarar contradicciones de testigos. La investigación pasó a tener también intervención federal, pero aún así no hubo imputados ni detenidos. Casi diez meses después, el caso volvió a cobrar relevancia cuando se anunció que se utilizará inteligencia artificial para reactivar la búsqueda. La Justicia decidió aplicar tecnología de progresión de edad forense para generar una imagen actualizada de cómo podría verse hoy Lian, con la esperanza de que una foto más reciente permita obtener nuevas pistas. Además, las autoridades resolvieron duplicar la recompensa para quienes aporten información certera sobre el paradero del nene, que pasó de 20 a 40 millones de pesos. El triple crimen de Villa Crespo El 21 de mayo, en un departamento del barrio porteño de Villa Crespo, fueron encontrados asesinados Ivo (12) e Ian (15), junto a su padre, Adrián Seltzer (53). En la escena del crimen estaba la madre, Laura Leguizamón, quien, según la principal hipótesis de la investigación, los habría matado a todos antes de quitarse la vida. Desde el inicio, los investigadores apuntaron a un triple homicidio seguido de suicidio, ocurrido en el interior del departamento familiar. Las pericias indicaron que los chicos presentaban signos de defensa y que el padre fue atacado mientras dormía. El cuerpo de Leguizamón fue hallado en el baño, y en la cocina se encontró una carta manuscrita con frases confusas, que reforzó la hipótesis de un brote psicótico. Días después del crimen, el caso volvió a conmocionar cuando habló el profesor de inglés de la familia, Rolando Russell. El docente contó que había tenido trato frecuente con los Seltzer-Leguizamón desde 2023 y aseguró que nunca detectó situaciones de violencia ni conflictos. “Era una familia normal, sonriente, cariñosa”, sostuvo. Russell también mostró audios que le había enviado Laura Leguizamón, en los que se la escuchaba hablar de clases, organización de horarios, libros y cuestiones cotidianas, con un tono calmo y amable. Esos mensajes, enviados semanas antes del crimen, profundizaron el desconcierto de los investigadores y del entorno cercano, ya que no reflejaban señales evidentes de una crisis. El crimen de Thiago Correa en La Matanza Thiago Correa, de 7 años, fue baleado el 4 de junio en Ciudad Evita, La Matanza, cuando estaba junto a su papá esperando el colectivo en la intersección de avenida Crovara y Madrid. En ese momento, un policía que circulaba de civil fue abordado por delincuentes y se produjo un tiroteo en plena vía pública. El efectivo, Facundo Aguilar Fajardo, efectuó varios disparos con su arma reglamentaria para repeler el intento de robo. Uno de esos balazos impactó en la cabeza de Thiago, que quedó gravemente herido. Lo trasladaron de urgencia al Hospital Balestrini, donde permaneció internado en estado crítico durante dos días, hasta que finalmente falleció. En un primer momento, el policía quedó detenido e imputado por homicidio doloso, ya que la fiscalía consideró que había actuado con un exceso en el uso de la fuerza. Sin embargo, con el avance de la investigación, la Justicia modificó la calificación legal del caso y pasó a considerarlo homicidio culposo, al entender que no hubo intención de matar, sino imprudencia y negligencia al disparar en un lugar con civiles. Con ese cambio de carátula, a comienzos de julio el Juzgado de Garantías N°3 de La Matanza resolvió liberar al policía, aunque le impuso una serie de restricciones. Entre ellas, la prohibición de portar armas, la obligación de presentarse periódicamente ante la Justicia y la prohibición de acercarse o tener contacto con la familia de Thiago. La causa sigue en trámite y el agente podría enfrentar una pena de hasta cinco años de prisión si es condenado. En paralelo, la Justicia avanzó contra los tres delincuentes acusados de haber participado del intento de robo que desencadenó el tiroteo. Los sospechosos fueron imputados por robo agravado en poblado y en banda y quedaron con prisión preventiva, al considerar que su accionar fue el detonante del enfrentamiento armado que terminó con la muerte de Thiago. El triple crimen de Florencio Varela El 19 de septiembre, Lara Gutiérrez (15), Brenda del Castillo (20) y Morena Verdi (20) fueron vistas por última vez en La Tablada, La Matanza, cuando se subieron a una camioneta Chevrolet Tracker blanca tras coordinar un encuentro con otras personas. Desde ese momento se las buscó intensamente, ya que no regresaron a sus casas y sus familias denunciaron su desaparición. Tras cinco días de intensa búsqueda, la Policía encontró los cuerpos de las tres enterrados en el fondo de una casa en el barrio Villa Vatteone de Florencio Varela. Los restos estaban ocultos en un pozo y presentaban severos signos de violencia que indicaban que no solo habían sido asesinadas, sino también torturadas antes de morir. Las primeras hipótesis investigativas se centraron en una posible vinculación con el narcotráfico y disputas entre bandas, más allá de que al principio también se manejó la idea de un secuestro común. Según fuentes judiciales, el crimen fue planificado y ejecutado con extrema violencia, con golpes, asfixia y cortes, lo que reforzó la idea de que fue un ajuste de cuentas o mensaje mafioso. Poco después del hallazgo, el ministro de Seguridad bonaerense confirmó que el asesinato fue transmitido en vivo a través de una red social para un grupo cerrado de personas, lo que sumó un componente espeluznante al caso y alimentó la idea de que no se trató de un hecho improvisado. En los días siguientes, la causa avanzó con la identificación de los sospechosos y las acusaciones. Inicialmente hubo varios detenidos vinculados a la casa donde se encontraron los cuerpos, y la investigación comenzó a reconstruir no solo la logística del traslado y el enterramiento, sino también los vínculos entre las víctimas y los acusados, entre ellos la conducción de vehículos y la limpieza de la escena para borrar rastros. La investigación siguió acumulando detenidos y pedidos de captura internacional. Uno de los nombres más difundidos fue el de Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, señalado inicialmente como presunto autor intelectual del ataque y requerido por la Justicia. Su imagen fue difundida y, tras permanecer prófugo, fue detenido en Perú con una orden de extradición hacia Argentina para ser juzgado por su presunta responsabilidad en el hecho. Además, en Bolivia fue detenido otro sospechoso clave que habría participado en el apoyo logístico del crimen con uno de los vehículos utilizados para trasladar a las víctimas desde La Matanza hasta Florencio Varela, lo que amplió el mapa de implicados más allá de los primeros arrestados en territorio argentino. A medida que se profundizó la instrucción, la Justicia agravó las imputaciones contra los detenidos por homicidio criminis causa, privación ilegítima de la libertad y homicidio agravado por alevosía y violencia de género, entre otros delitos, mientras también se buscaba a prófugos pendientes en la causa. Finalmente, a fines de diciembre de 2025, la investigación volvió a tener novedades con la detención de Jesús Mallón, alias “El Tío”, acusado de integrar la organización criminal vinculada al triple crimen y de ocupar un rol de jerarquía dentro de la banda. Con este último arresto, ya son 12 los sospechosos detenidos, aunque la investigación continúa abierta con posibles nuevos movimientos judiciales. La desaparición de los jubilados en Chubut Alberto Pedro Kreder (80) y Juana Inés Morales (70) fueron vistos por última vez el 11 de octubre cuando salieron desde Comodoro Rivadavia, Chubut, rumbo a Camarones para participar de la fiesta por el 125º aniversario de la ciudad. Sus familiares perdieron contacto con ellos ese mismo día, y desde entonces no se sabe qué les pasó. Seis días después de la desaparición, la Toyota Hilux en la que viajaban fue encontrada encajada en un zanjón aislado, a varios kilómetros de la Ruta 3 y de la costa, con las puertas cerradas y las pertenencias de los dos dentro, pero sin rastro de los jubilados. Su hallazgo reactivó la investigación y marcó el inicio de un operativo de búsqueda intenso que incluyó drones, perros rastreadores, camionetas 4x4 y patrullajes terrestres y aéreos por la zona inhóspita de Rocas Coloradas y el Zanjón de Visser. Pese a la magnitud de los rastrillajes, la pareja no fue localizada y la investigación se mantuvo sin avances concretos durante semanas. En un momento, se descartó una de las líneas iniciales y surgió otra hipótesis que señalaba como foco de la búsqueda el Valle de Marte, una región de difícil acceso con terrenos inestables y grietas profundas, aunque tampoco arrojó resultados definitivos. La falta de indicios y el paso del tiempo hicieron que la Justicia y las autoridades revisaran distintas posibilidades: desde un accidente en el terreno traicionero, hasta la intervención de terceros o incluso una ausencia voluntaria, aunque ninguna hipótesis logró confirmarse. La presencia de sumideros -cavidades naturales que pueden tragar vehículos o personas sin previo aviso- en el área de búsqueda agregó un componente geológico inquietante al caso y complicó aún más los esfuerzos por encontrarlos. En medio de la incertidumbre, el Gobierno nacional oficializó una recompensa de 5 millones de pesos por cada uno de los jubilados para quienes aporten información que permita reconstruir sus últimos movimientos y ayudar a dar con su paradero. El doble femicidio en Córdoba y el crimen del remisero El 11 de octubre, en Córdoba, el uruguayo Pablo Rodríguez Laurta, mató a balazos a su expareja, Luna Giardina (24), y a la madre de ella, Mariel Zamudio (54), en una casa del barrio Villa Serrana. Ese mismo día, luego de cometer los crímenes, escapó con su hijo (5). Al día siguiente, la Policía logró encontrar sano y salvo al pequeño en el Hotel Berlín de Gualeguaychú, en Entre Ríos, junto a su padre, que fue detenido en el lugar. Laurta había huido con el nene tras el doble femicidio y se sospecha que buscaba cruzar la frontera hacia Uruguay de manera ilegal. Tras su captura, la Justicia de Córdoba y de Entre Ríos comenzaron a investigar no solo los femicidios, sino también otros posibles crímenes relacionados. En ese marco, Laurta fue imputado por el asesinato de un remisero, Martín Sebastián Palacio, en Concordia, a quien habría matado para robarle el auto que luego utilizó en su fuga. Durante los días siguientes, la Justicia dictó la prisión preventiva para Laurta en la causa por el doble femicidio, en la que se lo acusa de homicidio calificado por el vínculo, alevosía y violencia de género, además de delitos como violación de domicilio, amenazas y desobediencia a la autoridad. El imputado fue alojado en el penal de Cruz del Eje, mientras avanzaban también las indagatorias por el caso del remisero. Luego, el acusado fue trasladado desde Gualeguaychú a Córdoba para ser indagado por los fiscales que llevan adelante la investigación del doble femicidio. En esa instancia, se negó a declarar frente a los investigadores, y permaneció bajo la misma medida cautelar. A lo largo de la investigación, la fiscalía sostuvo que el asesinato del remisero formó parte del plan criminal de Laurta para facilitar su fuga hacia Córdoba luego de matar a las mujeres. Ese tramo de la causa se trabajó en conjunto entre las fiscalías de Entre Ríos y Córdoba para reconstruir movimientos, analizar cámaras y otros elementos probatorios. A mediados de diciembre, la fiscalía provincial de Córdoba pidió formalmente que la investigación contra Laurta sea elevada a juicio oral, lo que implica que un tribunal -y eventualmente un jurado popular- deberá decidir sobre su responsabilidad penal en el doble femicidio de Giardina y Zamudio. Está acusado de los delitos de homicidio calificado por el vínculo, alevosía y violencia de género; violación de domicilio; amenazas y desobediencia a la autoridad.

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